miércoles, 25 de enero de 2012

Tablón de tuenti del día 27 de noviembre del 2011

A veces el tiempo nos juega alguna que otra mala pasada, ¿verdad? Bueno, me refiero básicamente a ese momento en el que giras la cabeza hacia atrás, dándole la espalda a tu vida de mierda (que, en realidad, no es más mierda que la del resto) y te das cuenta de que probablemente muchas cosas han cambiado. Y te extrañas, porque tú eres de esa clase de personas que no creen que la gente pueda cambiar, que si eres un cabrón seguirás siéndolo hasta el fin de tus días por mucho que trates de esconderlo... que eres cínico, de pensamientos que crees solitarios (podría decirse que hasta te crees raro. Weird, my friend), un pobre incomprendido.
Y es gracioso porque tú no te apiadas de nadie, porque nadie se apiada de ti y si tiran de la cuerda la sueltas, porque ya tienes suficiente con tus problemas de vida de mierda como para que uno de esos narcisistas que tratan de llamar la atención a base de pena te toque los huevos. Pero a pesar de eso aguantas mucho. Y te quedas ahí. Y la gente te critica porque no saben lo que llevas dentro. Porque llamar la atención de esa manera nunca fue lo tuyo ¿sabes? y porque sabes que al resto les importa una mierda lo que lleves a cuestas, a la espalda, porque si te preguntan es, simplemente, porque quieren pensar que su vida de mierda no es tan mierda comparada con la tuya y que 'ay, pobrecita', 'ay, a mi ya no me cae tan mal', 'ay, es que he descubierto que resulta que tiene corazón y que está hasta los huevos de su vida de mierda en este mundo de mierda, rodeada de gente hipócrita ( nunca lo es más que uno mismo) que da asco'. Ay, pobrecita, vamos, sí, pobrecita porque ahora ya sé que tiene ganas de tirarse por la ventana.
Tú y yo y todos nosotros, hipócritas, cínicos, raros, pobres incomprendidos hemos conseguido mirar hacia atrás por un momento, apartar la vista de nuestro ombligo (que, al parecer de los demás es lo único que nos importa) y hemos visto, has visto, he visto que qué razón tenía mi madre cuando me dijo que esta puta vida se aprende a palos y que, si no te los has dado, es que no has vivido una mierda.